En el reino del marketing del "Libre Mercado" (etiqueta de un paquete en donde conviven lo real y la especulación virtual en un bacanal de vampirismo económico entre grandes jugadores de Monopolio recibidos en Harvard y capataces vasallos entregadores de sangre ajena), jugaban, en una "timba clandé", un corredor de bolsa, un zapatero y un bohemio libre pensador.
El corredor de bolsa, siempre muy "fachudo" llegaba en su auto ultimo modelo y se vanagloriaba de cómo conseguía el dinero, hablando de cosas raras que intrigaban al libre pensador y hacían sentirse "un gusano" al zapatero que lo escuchaba con mucha atención porque, aun que quisiera, no tenia la mas mínima chance de llegar a comprender cosas tales como déficit, aplicaciones, inversiones, tasas de interés, retorno de capitales, bonos, acciones, cotizaciones, devaluaciones, y otras. El solo podía comprender que algo basado en ese "chorizo" de palabras provocaba el "buen vivir" de su "colega de timba" a costa del sacrificio y riesgo de los que confiaban en el.
Al libre pensador le divertía cavilar sobre como "digeriría" y cual seria el provecho que daría a lo que escuchaba su vecino, el fabricante de zapatos dueño de una pequeña fabrica con la ayuda de su mujer y sus ocho hijos.
Un día el zapatero se "fijó" en la moza del "garito" que coqueteaba con el corredor de bolsa. Con la intención de agradarle se fue a gastar el dinero de la venta de los zapatos en ropas, un lindo auto, etc.
Pasado algún tiempo, en su casa, comenzaran a faltar la comida, la ropa, los remedios y (socorro) ¡hasta los zapatos! para su familia.
Alarmada la mujer le reclamo y preguntó que estaba pasando que ni zapatos ya tenían para uso propio. Tomado de sorpresa y sin saber que decir el "astuto" zapatero se acordó del "bla bla" de su "colega" corredor de bolsa y le dijo:
--- Mujer, lo que pasa es que... nuestra macro economía esta muy bien encaminada con las inversiones mas las tasas de interés con las aplicaciones, por la ganancia de los dividendos y teniendo en cuenta la merma de nuestros recursos financieros no te preocupes que cuando recibamos los reembolsos del libre mercado te darás cuenta de que vale la pena invertir en la macro riqueza con las ganancias que llegaran pronto.
Azorada la pobre mujer, penso que su marido se había convertido en todo un genio y se fue muy contenta a comunicarlo a sus hijos, (uno de los cuales ya estaba haciendo changas en la fabrica de zapatos de la competencia para ayudar). Al mismo tiempo hizo una colecta entre sus parientes y vecinos para que pudiera sostener su familia mientras el "genio" de su marido abonaba la tal "macro economía" y ellos aguardaban el famoso "derrame".
Esto duró hasta que un día alguien le contó a la pobre mujer que mientras ella y sus hijos se mataban trabajando su marido se daba la "gran vida" en compañía de la moza del "garito" y del especulador de bolsa.
Cuando llego el zapatero para llevar mas zapatos para vender la mujer no lo dejó llevar nada y le dijo:
--- Te vas de esta casa y a partir de hoy, los zapatos que se fabriquen en esta casa son, en primer lugar para los que vivimos en ella, después los siguientes para canjear con los vecinos por comida, ropas, útiles, remedios, etc. que hagan falta a los que vivimos en esta casa, y los que sobren son para que se lleven al mercado para vender.
Cuando su vecino, el libre pensador, se enteró de toda la historia ató cables y se dio cuenta de cómo aplico el "aprovechado" zapatero lo que tan atentamente había escuchado del corredor de bolsa. Y se dió cuenta de que lo que le paso a la pobre mujer nos pasa a todos nosotros. Todo lo que producimos, como la carne, soja, etc. por ejemplo lo hacemos entre todos, producidos en la tierra de todos. Vuelven improductivas las tierras de todos, mientras los exportadores, con la vista gorda de nuestros "politiquillos", los venden a precio de artículos de lujo pero sin impuestos, gastan las divisas en artículos superfluos importados y nosotros no podemos comerlos. También penso que debemos buscar otros empleados públicos que nos ayuden a hacer lo que hizo la mujer del zapatero; lo que producimos, primero es para nuestro abastecimiento, después para canjear con los vecinos a cambio de lo que necesitamos y por ultimo, lo que nos sobra, mandamos a los mercados a vender.
Maria João Soares